Ver todas las notas

Shiffrin, imparable en slalom: cuatro carreras y cuatro victorias

Mikaela Shiffrin volvió a hacerlo en Courchevel y estiró una racha que ya impresiona a todo el circuito: cuatro slaloms disputados en la temporada, cuatro victorias.

 

En Courchevel, Mikaela Shiffrin volvió a marcar la diferencia con una actuación impecable en el slalom femenino de la Copa del Mundo. Cuarta victoria consecutiva en la especialidad, todas por más de un segundo, en una noche exigente en los Alpes franceses que dejó en claro que la estadounidense está esquiando en otro nivel.

Shiffrin parece no encontrar explicación a lo que está pasando, pero tampoco la necesita. En lo que va de la temporada disputó cuatro slaloms y ganó los cuatro, siempre con márgenes poco habituales para una disciplina que suele definirse por centésimas. Una superioridad que empieza a resultar impactante incluso para quienes siguen el circuito de cerca.

 

 

En Courchevel, nada logró sacarla de su eje: ni la presencia de Emma Aicher, la nueva estrella alemana que viene destacándose en todas las disciplinas; ni una pista exigente que dejó afuera a varias candidatas; ni siquiera una segunda manga rara, que la propia Shiffrin cerró con un gesto de asombro en la zona de llegada.

“No me hago preguntas. No sé, a veces simplemente hay que aceptarlo y seguir. Ahora mismo, esta noche, no hay que preguntar nada: solo subirse a la ola”, resumió la estadounidense, todavía sorprendida por su nivel.

Para dimensionar el margen, la suiza Camille Rast fue su escolta, a +1,71 segundos, seguida por Aicher. Diferencias enormes para el slalom, donde normalmente todo se define en un abrir y cerrar de ojos.

 

 

Las condiciones en los Alpes franceses pusieron a prueba a todas. Antes incluso de que Shiffrin largara, varias figuras quedaron fuera de competencia. La campeona vigente del slalom y ganadora en Courchevel el año pasado, Zrinka Ljutic, abandonó tras complicarse en el tramo empinado de la primera manga. Shiffrin, ajena a todo eso, hizo una primera manga casi perfecta, agresiva y precisa, que le dio una ventaja sólida de 0,83 segundos.

La segunda fue otra historia: errores, líneas justas y murmullos en las tribunas francesas. Pero incluso así, nada le costó tiempo.

“Es un milagro que haya llegado esta vez, pero solo peleé”, contó entre risas. “Fue una segunda manga dura, muy rápida. Algunas huellas estaban profundas y otras perfectas. Era difícil prever dónde estaba bien y dónde se rompía. A veces me costó mantenerme en el trazado, pero seguir dinámica funcionó”.

 

 

Mikaela Shiffrin ya no compite solo contra sus rivales. Compite contra la historia. Y aun así, sigue ganando. Carrera tras carrera, los números empiezan a ser tan contundentes como difíciles de dimensionar.

A esta altura, el debate ya no pasa por si es la mejor del presente. Pasa por cuánto más puede ampliar una brecha que ya es histórica. Los números asustan, sí. Pero, sobre todo, confirman que estamos viendo a la mejor esquiadora de todos los tiempos en uno de los puntos más altos de su carrera.

 

 

 

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

1 × two =