Las estadounidenses se consagraron en la combinada por equipos. Shiffrin igualó un récord histórico y Johnson logró su primer gran triunfo en Saalbach.
Mikaela Shiffrin y Breezy Johnson hicieron historia en el Mundial de Esquí Alpino al consagrarse en la nueva modalidad de combinada por equipos. Las amigas de la infancia lograron un triunfo inolvidable, mostrando una combinación perfecta de talento y mentalidad ganadora.
Apenas un día después de contar públicamente las dificultades mentales que atravesó tras una dura lesión, Shiffrin volvió a demostrar por qué es la mejor esquiadora de todos los tiempos. Tras el descenso de Johnson, que dejó al equipo en cuarto lugar, la esquiadora estadounidense desplegó su mejor versión en el slalom, y aseguró la medalla de oro.
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Con este triunfo, Shiffrin iguala el récord de 15 medallas mundiales de Christl Cranz y se posiciona como la esquiadora más laureada en la historia del campeonato. Además, su octavo oro la ubica segunda en la tabla histórica de victorias.
Para Johnson, el logro fue todavía más importante: llegó a Saalbach sin haber ganado nunca una carrera mundial y en apenas cuatro días se convirtió en bicampeona del mundo. Un salto enorme para una atleta que desde los 11 años comparte equipo con Shiffrin.
“Esto es lo que hace que el deporte sea tan emotivo”, destacó la suiza Lara Gut-Behrami, quien también protagonizó una jornada cargada de emociones. Junto a Wendy Holdener, logró la plata para Suiza en una gran remontada en el slalom. Austria, con Katharina Truppe y Stephanie Venier, se quedó con el bronce.
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El nuevo formato de combinada por equipos resultó ser un espectáculo total, con cambios constantes en la tabla y sorpresas hasta el final. Los equipos que habían liderado tras el descenso no pudieron sostener su ventaja en el slalom, y el combinado USA 2, que había terminado primero en la mitad de la competencia, quedó en el cuarto lugar.
Johnson, emocionada, resaltó la fortaleza de su compañera: “Ver a Mikaela volver de una lesión así en solo dos meses es increíble. Es una de las atletas más fuertes que he visto en mi vida”. Shiffrin, en tanto, contó cómo el apoyo de Johnson la ayudó a afrontar la competencia: “Ella me recordó lo divertido que es esquiar. Me sacó del miedo y me devolvió la pasión por la competencia”.
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El esquí alpino sigue regalando historias increíbles, y con la llegada de esta nueva disciplina, parece que encontró una nueva manera de atraer a los fanáticos. Este oro no solo consolida la sociedad deportiva de Shiffrin y Johnson, forjada desde la infancia, sino que también refuerza su vínculo con el esquí, una pasión que trasciende los títulos y las medallas.
