Una fuerte tormenta de nieve golpea Palisades Tahoe, obligando al cierre de varios medios.
La temporada de esquí en Palisades Tahoe se enfrenta a su desafío más importante por la llegada de una tormenta intensa que está dejando fuertes nevadas y ráfagas de viento. El domingo comenzó con condiciones de baja visibilidad y, aunque el viento no fue un problema significativo hasta el mediodía, las precauciones de seguridad llevaron al cierre progresivo de varios medios tanto en Alpine como en Palisades, culminando con el cese total de las operaciones en el lado de Palisades poco después del mediodía.
Cuando el clima trae grandes cantidades de nieve en poco tiempo, el equipo de Palisades Tahoe entra en un “reinicio completo”. Durante una tormenta de nieve, mientras se lleva a cabo la mitigación de avalanchas, los peligros no marcados quedan ocultos. Las rutas pueden volverse inaccesibles y las rampas quedan enterradas bajo la nieve. Esto significa que, esencialmente, deben reiniciar de cero los trabajos después de cada tormenta, un proceso que, si bien es común, puede provocar retrasos o cierres temporales mientras se reabren las instalaciones.
En cuanto a cuándo volverá a funcionar el resort con normalidad, desde Palisades Tahoe comunicaron que basándose en experiencias anteriores, se espera que los medios tarden en abrirse. El plan del centro invernal es comenzar con los medios más bajos en ambos lados y avanzar hacia arriba según lo permitan las condiciones.
Para el martes, se espera que el clima mejore. Sin embargo, las demoras en la apertura podrían seguir mientras se realizan evaluaciones de seguridad.