El suizo Marco Odermatt volvió a demostrar por qué es el número uno del esquí alpino al quedarse con la medalla de oro en el super-G del Mundial de Saalbach. Con una bajada impecable en la pista Schneekristall, marcó un tiempo de 1:24.57 y le sacó un segundo de ventaja al austríaco Raphael Haaser, que se quedó con la plata. El bronce fue para el noruego Adrian Smiseth Sejersted, a 1.15 segundos de Odermatt.
El ambiente en la estación austríaca era una fiesta: 15.000 personas vibraron con la exhibición del suizo. Desde la tercera puerta, Odermatt sintió que todo salía a la perfección: “Fue una bajada casi perfecta, si no la mejor que hice en super-G”, dijo después de cruzar la meta. “No hay muchos días así, pero hoy fue uno de esos. Ser campeón del mundo en tres disciplinas es increíble”.
Con 27 años, Odermatt ya había demostrado su talento en los últimos mundiales, consagrándose en 2023 en descenso y gigante. Con esta victoria, suma un nuevo título y reafirma su papel como uno de los más rápidos en el esquí alpino.
La diferencia con el resto fue abismal. Odermatt fue ganando velocidad en cada uno de los cinco parciales, combinando agresividad y fluidez como pocos. “Todo salió perfecto, una bajada redonda, no podía pedir más”, comentó el suizo.
Por su parte, Sejersted se resignó ante el nivel del suizo: “Odermatt es uno de los mejores super-Gistas de la historia. Hoy hizo una bajada perfecta y nos sacó un segundo, está en otro nivel”.
El Mundial de Saalbach sigue el domingo con el descenso masculino, una de las pruebas más esperadas del evento. Antes, el sábado habrá un tercer entrenamiento oficial.
Con este nuevo oro, el suizo sigue agigantando su legado. No solo domina en la Copa del Mundo, sino que ahora también acumula títulos en los grandes eventos. ¿Hasta dónde llegará?
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