Un estudio de la Universidad de Waterloo en Canadá asegura que, de no reducirse las emisiones globales de gases de efecto invernadero, sólo 1 de las 21 ciudades que fueron sedes podrían volver a albergarlos.
La investigación, de la cual participaron expertos de Canadá, Austria y USA, advirtió que de seguir avanzando, el cambio climático impedirá realizar los Juegos Olímpicos de Invierno en el hemisferio norte.
Según indicaron, solo una de las 21 ciudades que fueron sede de los Juegos Olímpicos de Invierno podría tener las condiciones adecuadas para volver a organizarlos. Sin embargo, si se pueden lograr los objetivos de emisiones del Acuerdo Climático de París, la cantidad de ciudades anfitrionas climáticamente confiables aumentaría a ocho, y solo seis se consideran poco confiables.
“El mundo de los deportes de invierno está cambiando a medida que se acelera el cambio climático, y los atletas y entrenadores internacionales que encuestamos están presenciando los impactos en los lugares de competencia y entrenamiento, incluidos los Juegos Olímpicos”, dijo Daniel Scott, profesor de Geografía y Gestión Ambiental en Waterloo.
Al realizar el estudio, los investigadores revisaron datos climáticos históricos desde la década de 1920 hasta la actualidad, y escenarios futuros de cambio climático para las décadas de 2050 y 2080.
También encuestaron a atletas y entrenadores internacionales y encontraron que el 89% sentía que los patrones climáticos cambiantes estaban afectando las condiciones de competencia, y el 94% tenía miedo de que el cambio climático impacte el desarrollo futuro de su deporte.
“Queríamos entender desde la perspectiva del atleta qué condiciones climáticas y de nieve hacían que la competencia fuera justa y segura, y luego determinar qué anfitriones olímpicos podrían brindar esas condiciones en el futuro”, agregó Natalie Knowles, estudiante de doctorado y ex esquiadora de élite canadiense involucrada en el estudio.
La gestión de riesgos climáticos es cada vez más importante, ya que la temperatura diurna promedio de febrero en las ciudades anfitrionas aumentó de manera constante: de 0,4 °C en los Juegos celebrados entre los años 20 y 50, a 3,1 °C en los Juegos durante los años 60 a 90, y 6,3 °C. en los Juegos celebrados en el siglo XXI (incluidos los Juegos de Beijing 2022). Se proyecta un calentamiento adicional del siglo XXI de 2°C a 4,4°C dependiendo de las vías de emisión.
“Hemos estudiado las muchas formas en que los Juegos Olímpicos de Invierno han reducido el riesgo climático desde los primeros Juegos celebrados en Chamonix, Francia, hace casi 100 años”, dijo Michelle Rutty, de la Facultad de Medio Ambiente de Waterloo. “Pero hay límites a lo que pueden hacer frente las estrategias de gestión de riesgos climáticos, y vimos que esos límites se excedieron en Sochi y Vancouver”.
“El cambio climático está alterando la geografía de los Juegos Olímpicos de Invierno y, lamentablemente, eliminará algunas ciudades anfitrionas que son famosas por los deportes de invierno”, dijo Robert Steiger, de la Universidad de Innsbruck en Austria. “Se prevé que la mayoría de las ubicaciones anfitrionas en Europa sean marginales o no confiables a partir de la década de 2050, incluso en un futuro con bajas emisiones”.
“El Comité Olímpico Internacional tendrá decisiones cada vez más difíciles sobre dónde otorgar los Juegos, pero los mejores atletas del mundo, que han dedicado sus vidas al deporte, merecen que los Juegos Olímpicos se ubiquen en lugares que puedan brindar competencias seguras y justas de manera confiable”, agregó. Siyao Ma de la Universidad de Arkansas.
El Comité Olímpico Internacional hizo del cambio climático una prioridad, ya que es una organización fundadora del Marco de Acción Climática del Deporte de las Naciones Unidas.
“Ningún deporte puede escapar a los impactos de un clima cambiante. Lograr los objetivos del Acuerdo de París es fundamental para salvar los deportes de nieve tal como los conocemos y garantizar que haya lugares en todo el mundo para albergar los Juegos Olímpicos de Invierno”, dijo Scott.
Knowles agregó: “El deporte puede ser un importante agente de cambio para muchas personas. Los atletas quieren ser una parte más importante de la solución”.
El estudio, Cambio climático y el futuro de los Juegos Olímpicos de Invierno: perspectivas de atletas y entrenadores , se publicó recientemente en la revista Current Issues in Tourism.