Por Lucas Zabaleta.
Después de más de veinte años de experiencia entre Europa y USA, Ramiro Lambert y Dolores Vázquez siguen formando esquiadores con una pasión intacta. Desde los inicios en Esquel hasta entrenar a los mejores U10 y U16 del país, cuentan cómo es trabajar con atletas de alto nivel y acompañarlos en todo su camino.
Ramiro Lambert y Dolores Vázquez son entrenadores argentinos de esquí alpino con una trayectoria destacada en el alto rendimiento internacional. Formados en el Club Andino Esquel, acumulan más de 20 años de experiencia en Europa y USA, donde entrenaron a atletas que llegaron a Juegos Olímpicos, Copas del Mundo y campeonatos juveniles. Hoy viven en Lake Tahoe, desde donde impulsan a las nuevas generaciones del esquí norteamericano con una combinación de técnica, pasión y una mirada integral sobre la formación deportiva.
El deporte siempre fue parte de nuestras vidas. En mi caso —cuenta Dolores— siempre fui muy apasionada por el deporte. Creo que el hecho de haber crecido desarrollándome en el deporte me mostró lo fascinante que es crecer de esa manera, y si una puede compartir esa sensación con las nuevas generaciones, ¿por qué no?

Nos formamos en Argentina, en el Club Andino Esquel. Tuvimos la suerte de tener buena nieve y, al estar en el hemisferio sur, entrenadores e instructores europeos que venían a hacer temporada. Eso lo aprovechamos a full: trajimos equipos de Francia y ahora de USA a entrenar con nosotros —explica Ramiro—.
Venimos de familias esquiadoras, sí. Pero más allá de eso, el entorno en el que te manejás te fortalece. El apoyo familiar es el más importante. Es lo que tratamos de pregonar en las familias para mantener a los chicos en el deporte. El ski tiene esa magia de poder disfrutarlo desde niños hasta abuelos, todos en la misma pista. No es algo común en todos los deportes. El ski se disfruta en familia, con amigos, en competencias, con desconocidos. No hay límites para disfrutarlo.
Desde chicos entrenamos en Europa —dice Ramiro—. En mi caso, en Francia. El ski te lleva a moverte de temporada en temporada. Allá y acá competís con los mismos atletas. Así se van armando amistades increíbles con corredores de todo el mundo. Cuando decidís entrenar en otro equipo, ya tenés amigos en todas partes. Por eso fue tan fácil adaptarse al circuito europeo.
Pasamos por equipos como Orsatus o la Federación Francesa. Estás en el más alto nivel. Hay que saber llevarlo porque estás en el medio: o el atleta deja de competir porque no logra sus objetivos o llega a Copa del Mundo y Juegos Olímpicos. Tenés que ponerte en su cabeza para guiarlos. A veces llevamos atletas de elite a competencias más amateur para que vuelvan a sentir la alegría de competir sin tanta presión. Eso los fortalece.
En este deporte, siempre estás rodeado de gente de distintas partes del mundo —dice Dolores—. Hablamos varios idiomas y siempre tenemos chicos de varios países. A pesar de las culturas tan distintas, el deporte los une. Lo mismo pasa entre entrenadores. En un curso en USA conocí a una entrenadora italiana y una se nutre muchísimo de esas experiencias.

Entrenamos atletas de un montón de países. Más de diez llegaron a los Juegos Olímpicos y muchos más a la Copa del Mundo. Es una satisfacción enorme verlos llegar. Saber que lo que uno hizo durante tantos años tuvo el mejor de los resultados —cuenta Ramiro—.
Muchos no saben que pasaron por los mismos entrenadores. Nos siguen escribiendo desde distintas partes del mundo, mandando sus videos para que los corrijamos. Es muy reconfortante.
¿Anécdotas? Miles. Países rarísimos, idiomas rarísimos. El ski te lleva a lugares increíbles. Cada día hay una historia divertida. Es lo que te hace no poder parar de hacer esto. Es demasiado divertido.
¿Lo que tienen en común quienes llegan? Disciplina, constancia, perseverancia. Las ganas de llegar. En países con mucha competencia como Francia, Suiza o Austria es muy difícil. En otros, donde el ski no es tan fuerte, la oportunidad está en aprovechar cada entrenamiento. Lo que marca la diferencia es la constancia.
Hoy estoy trabajando con U10 y U12 en USA —cuenta Dolores—. Es una edad fundamental. Adquieren hábitos de una manera impresionante. Si una les dedica tiempo a las progresiones, esos fundamentos les quedan para siempre. En esta etapa tienen que disfrutar. Cuanto más lo disfrutan, más millas le agregan a sus skis. Y eso los convierte en excelentes esquiadores.
Técnica, cabeza y entorno van de la mano. Enseñamos técnica, táctica y acompañamos el desarrollo emocional. Desde U10 hasta FIS hay cambios madurativos que impactan en el desarrollo deportivo. Por eso es clave tener buenos entrenadores. Guiarlos sin presión, sin que pierdan la alegría por el deporte. Esa es una tarea exclusivamente del entrenador.
El paso de Children a FIS es un punto de inflexión. La clave es prepararlos antes, darles herramientas para que confíen en sí mismos. Cuando son chiquitos los guiás. Pero a medida que crecen, ellos toman decisiones sabiendo por qué hacen lo que hacen. Generar esa base de confianza es fundamental.

Llegamos a USA después de hacer varias temporadas con el Club Andino Esquel —cuenta Dolores—. Nos alucinó. Estamos en Lake Tahoe, un lugar impresionante, con gente muy cálida. Es una liga competitiva con muchas cosas para hacer y aprender. La organización de los cursos de entrenador en USA es super clara y eso nos motivó a capacitarnos allá. Mezclamos ese conocimiento con todo lo aprendido en Europa y Argentina.
Hoy entrenamos a los mejores U10, U12, U14 y U16 del país. ¿Cómo se llega a eso? Las temporadas son largas. Muchos chicos hacen escuela online y pueden estar seis de siete días entrenando. También tenemos entrenamiento nocturno, para quienes van a la escuela presencial. Estar arriba requiere mucha dedicación del atleta, del entrenador y también de los padres.
Apuntamos al detalle. A que cada chico entienda lo que está haciendo. Que aproveche cada entrenamiento al máximo.
Para mí es muy divertido trabajar con los más chicos —cuenta Dolores—. Son ocurrentes, solo quieren divertirse. Les armamos rutinas de precalentamiento, inspección de trazado, para que entiendan que es lo mismo que van a hacer en carrera. El deporte es una excusa para enseñar valores: disciplina, resiliencia, trabajo en equipo. Aunque sea un deporte individual, entrenamos en equipo. Esos valores los llevás a todos los ámbitos de la vida. Nos deja experiencias únicas y amigos excepcionales para toda la vida.

Este es un trabajo en el que sentís que no trabajás —dice Dolores—. Ver a los chicos felices, darse cuenta de que están esquiando mejor, querer dar más. Eso es gratificante. Y cuando son más grandes y logran objetivos exigentes, el orgullo es enorme. Que un chico te escriba “Entré al equipo olímpico” hace que todo valga la pena.
A mí me divierte a la par de ellos.
Lo que queremos dejarles —agrega Dolores— es que sepan desarrollar pasión por lo que hacen.
Y que esa pasión la trasladen a sus vidas personales —dice Ramiro—. Al estudio, al trabajo.
Nuestro sueño hoy —concluye Ramiro— es llevar a estos chicos al más alto nivel, como lo hicimos en Europa. Ellos nos lo piden. Ya tenemos algunos de los mejores corredores de U10 a U16 de todo USA. Y estamos seguros de lo que podemos lograr.
Fecha de publicación: Jueves, 24 de julio de 2025.