Los Alpes italianos se preparan para recibir los próximos Juegos Olímpicos de Invierno y buscarán garantizar condiciones ideales y un escenario imponente para las competencias más esperadas de la temporada.
A menos de cien días del inicio de los Juegos Olímpicos de Invierno, las sedes alpinas ultiman detalles para garantizar pistas en condiciones óptimas. Aunque la nieve artificial sigue generando debate, será una herramienta clave para asegurar el espectáculo.
Los Alpes italianos se preparan para volver a ser sede olímpica. Del 6 al 22 de febrero de 2026, Italia recibirá los Juegos Olímpicos de Invierno en un formato distribuido que reunirá a varias de sus estaciones más importantes: Cortina d’Ampezzo y Bormio para el esquí alpino, Livigno para el freestyle y snowboard, Anterselva para el biatlón y Val di Fiemme para las disciplinas nórdicas.
Con la cuenta regresiva ya en marcha, el foco está puesto en la preparación de las pistas y en la infraestructura necesaria para garantizar competencias seguras, rápidas y de nivel internacional. Todas las sedes se ubican entre los 1.200 y 1.800 metros sobre el nivel del mar, una altitud que en general asegura buena cobertura de nieve natural para febrero, aunque la organización ya confirmó que también se utilizará nieve artificial como complemento.
En total, el comité organizador estima que producirá unos 2,4 millones de metros cúbicos de nieve artificial, empleando cerca de 948.000 metros cúbicos de agua. Más de la mitad de ese volumen se destinará al área de Livigno Mottolino, donde se erigirá un snowpark y las rampas para las pruebas de Big Air y halfpipe.
El uso de nieve técnica no es nuevo en los grandes eventos invernales. Permite garantizar superficies uniformes, resistentes y seguras, independientemente de las condiciones meteorológicas.
Como en cada cita olímpica, la producción de nieve artificial despierta cierta polémica. Algunas organizaciones ambientales alertan sobre el consumo de agua y energía que implica su uso, mientras que otros especialistas destacan los avances tecnológicos que hoy permiten un manejo más eficiente y sustentable de los recursos.
Italia, de hecho, es uno de los países más experimentados en este terreno: más del 90 % de sus centros de esquí cuentan con sistemas de innivación. En muchos casos, se combinan reservorios naturales de agua y sistemas inteligentes de control climático que optimizan la producción según las temperaturas y la humedad.
La vuelta de los Juegos Olímpicos de Invierno a los Alpes va a marcar un nuevo capítulo en la historia del deporte italiano. Entre montañas, historia y tecnología, Milano-Cortina 2026 promete combinar la tradición alpina con la innovación, para ofrecer unas competencias donde la precisión y la pasión volverán a encontrarse en la nieve.
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