La primera tormenta de la temporada dejó nieve en varios resorts y acumulaciones inusuales para septiembre. Con hasta 30 centímetros, la nieve se empezó a asomar en los paisajes de Colorado.
El oeste estadounidense va dejando atrás el calor para empezar a vestirse de blanco: la primera nevada copiosa del año cubrió las montañas con hasta 30 centímetros de nieve y encendió la ilusión de los esquiadores que ya sueñan con la temporada.
Al principio fueron apenas unos copos en las cumbres más altas, pero en cuestión de días la cosa cambió: llegaron varios días con nieve y acumulaciones que entusiasmaron a todos los que esperan con ansias la temporada invernal. Resorts como Arapahoe Basin, Loveland, Winter Park y Breckenridge se despertaron con postales bien invernales, como para empezar a soñar con las tablas.
Aunque lo más sorprendente se dio el martes: cayeron entre 20 y 30 centímetros en los picos del norte de Colorado, algo que suele pasar cada tres o cuatro años en septiembre. En sectores a más de 3.100 metros, se midieron más de 20 cm en un solo día.
De todos modos, gran parte de esa nieve no va a durar demasiado. Los días siguen siendo largos, el sol todavía está golpeando fuerte y las máximas de la tarde no ayudan a que se mantenga el manto. El arranque real de la acumulación suele llegar recién a mediados de octubre.
Mientras tanto, los centros de esquí no pierden el tiempo: en A-Basin están con mantenimiento de medios y entrenamientos de patrulla, listos para prender los cañones apenas el frío y la humedad acompañen.
El otoño en Colorado siempre trae algún adelanto de invierno, y aunque falte más de un mes para la temporada, los fanáticos de la nieve no pueden no ilusionarse con una gran temporada.
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