fans de la nieve

ENTREVISTA A: NANO CATALDI

El snowbard como
filosofía de vida

El Snowboard ocupa un lugar super importante en mí día a día.
Arrancó como un juego y terminó siendo mi modo de vida.
Me permitió recorrer muchos lugares del mundo y descubrir personas de culturas muy diferentes que de otra manera no hubiese conocido.
Es el deporte en el que logré desarrollarme como corredor y después como entrenador para poder hoy, vivir 100% de lo que me gusta.
También, el Snowboard es el lugar en el que me despojo de todo lo malo que pueda tener mi día. Una bajada en soledad, si es fuera de pista mucho mejor, me permite liberar todas las tensiones

MIS COMIENZOS

Mi familia llegó a San Martín de Los Andes en 1978. Veníamos de Buenos Aires.
El Cerro Chapelco era mucho más chico que hoy y yo con apenas 2 años, no tenía todavía edad para poder entrar al Club Lacar. Mi hermano Maxi, con 5 si podía así que yo me quedaba en un pomita que había en la base y el encargado de ese lugar me enseñó los primeros pasos.
Usaba unos esquíes chiquititos de plástico, una botas mitad de cuero mitad de esquí y un “monito” de nieve verde furioso como para no perderme en la montaña. Así empecé a enamorarme de la nieve. Lloraba todos los días para que me lleven al cerro.


Apenas tuve edad entré al Club Lacar y después de algunas temporadas de perfeccionamiento empecé a competir.
Corrí con esquíes hasta los 18 años. Cuando te enseñan desde chico que se puede ganar o perder y que darlo todo es el verdadero premio, la competencia es buena.

Después me fui a estudiar a Buenos Aires periodismo deportivo y en unas vacaciones de invierno, casi jugando, casi por casualidad, apareció el snowboard en mi vida y fue amor a primera vista.

YO SIGO DISFRUTANDO CADA BAJADA QUE HAGO. DISFRUTO DE HACER SNOWBOARD TODOS LOS DÍAS. AHORA CADA VEZ HAGO MÁS FUERA DE PISTA Y CONECTO MUCHO CON LA MONTAÑA. TENGO SENSACIONES EN EL CUERPO QUE NO CONSIGO CON NINGUNA OTRA ACTIVIDAD.

Ya en el Invierno del ´97 pude viajar a competir a Europa con mi hermano y un grupo de amigos que a su vez eran los mejores de Argentina. Tuve la suerte de ser parte del primer Campeonato Mundial de Snowboard Cross donde terminé en el puesto 25.
Todo fue muy rápido y con buenos resultados. Tanto, que decidí dedicarme de lleno a eso.

La Competencia a alto nivel te confirma que sin sacrificio no hay logros.
Para llegar hay que trabajar, hay que entrenar, hay que aprender a perder y no bajar los brazos. Hay que aprender a sacar lo bueno de cada competencia más allá del puesto en el que cruzaste la meta.
Eso no sólo es importante en el deporte sino en la vida misma.

APRENDER A DISFRUTAR


A pesar de lo lindo que es competir y medirse con otros, no siempre es fácil disfrutar mientras estás en competencia. Yo reconozco que empecé a hacerlo de grande…a partir de los 30 te diría.
A veces las presiones que incluso vos mismo te generas te impiden pasarla del todo bien en una carrera.
Cuando vas ganando experiencia, empezás a dejar los nervios de lado y te sacás de encima semejante mochila…lo disfrutás mucho más.
Creo que es también cuando lográs los mejores resultados.
En mi caso no hay dudas. Después de los 30 gané 3 campeonatos Sudamericanos y accedí a correr varios Mundiales.


Hoy enseño porque creo que hay que transmitir lo que aprendemos. Mucha gente me ayudó en mi carrera. Pude aprender con mi hermano, uno de los mejores Coach del mundo y compartir montaña con grandes de este deporte. Aprender Snowboard, como otros deportes, es un 80% visual y mirar a los que saben te hace mejorar.
Me alegro enormemente cuando veo a mis alumnos disfrutar de lo que hacen… mucho más allá de si ganan o pierden, el objetivo es disfrutar de lo que hacen.


Voy a surfear montañas hasta que el cuerpo me lo permita.
Ojalá pueda subir a la montaña con 80 años y así tenga que hacerlo con un respirador artificial, yo espero igual seguir haciendo bajadas y disfrutando del snowboard.

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