fans de la nieve

ENTREVISTA A: LU MOLINA

En busca de todo
el powder trasandino

Me dicen Lu, nací en Córdoba, pero elegí vivir en Bariloche hace varios años, porque encontré que en este lugar puedo llevar un estilo de vida que a veces cuesta en otros lados. ¡Adoro la montaña en todas sus estaciones! Aunque la que más me divierte es el invierno. Hago Snowboard por diversión, porque la montaña es un lugar especial dónde creo que nos expresamos y sentimos de otra manera: libertad, alegría, adrenalina, miedo, diversión y muchas sensaciones muy lindas, ¡que ni hablar cuando las compartís con amigos!

¡Arrancando viaje!

Hace algún tiempo empecé a coparme con salidas en Splitboard buscando lugares nuevos, bajadas de nieve sin pisar y lejos de la multitud, ¡y me pone muy contenta con lo que me voy encontrando!
Hoy, mi semana está cargada con varias horas de compu y oficina, pero mas allá de que me encanta lo que hago, no veo las horas de estar cerca del finde ¡para empezar a planear la próxima escapada a la montaña! Porque aparte de todo, hay una sensación: cuando estás rodeado de tanta inmensidad, te sentís muy chiquitito pero a la vez te das cuenta de las cosas que importan de verdad... ¡y eso está bueno tenerlo presente siempre!


Salimos de Bariloche a la tarde para llegar a la frontera justo antes de que cierre (a las 18:00 cierra el lado argentino) y poder arrancar al día siguiente temprano y aprovecharlo a pleno. Nos quedamos en unas cabañitas que encontramos por Airbnb, muy lindas, baratas y en el medio del campo. Lo único, hay que levantarse a la noche a recargar con leña la salamandra… o calentarse con las mantas eléctricas que usan normalmente los chilenos. Recién la segunda noche, por cansancio y necesidad, ¡nos le animamos!

“CUANDO ESTÁS RODEADO DE TANTA INMENSIDAD, TE SENTÍS MUY CHIQUITO PERO A LA VEZ TE DAS CUENTA DE LAS COSAS QUE IMPORTAN DE VERDAD”

El desayuno de Norita, ¡ZARPADO! Queso y dulce caseros, huevos de sus gallinas, jugos naturales de moras y frutillas de cosecha propia. Ella, una divina total, mientras nos servía el desayuno, nos contaba de su proyecto de cabañas agro-ecológicas que arrancó el año pasado.
Después, preparamos las mochis; equipo, frutas, barritas, agua, arva, pala, sonda y unas birritas para la parada técnica...

Camino al volcán Casablanca


Hicimos unos 20 kilómetros hasta Aguas Calientes y después unos 30 más, hasta el centro de esquí Antillanca, dónde está el Volcán.
Subimos la primera parte en silla --> (Silla + T-bar -$300 ARS) ¡ÓPTIMO!
De ahí arrancamos a caminar para arriba. Sabíamos que tocaba un DÍAZO! y así lo fue... Poco viento, sol, la nieve muy buena para subir y ¡el horario nada mal!
Empezamos a foquear como a las 11:00 AM y parece ser que antes hubo mucho hielo, ¡cosa con la que no queríamos saber nada! menos con un splitboard, que tiene un solo canto.


¡Finalmente llegamos! El volcán Casablanca tiene unos 2.230 mts de altura. ¡No es muy difícil de subir! Se pone empinado sólo la última parte. Caminamos unas 3 horitas y ¡llegamos a la cima! ¡Increíble paisaje! De ahí se ven los Volcanes Osorno, Puyehue, Puntiagudo y algunos más...


Sacamos las pieles, nos comimos unos ricos sandwichitos y ¡relajamos un poco!
Tomamos unos tecitos con jengibre, súper potentes, macerados de la noche anterior con miel y yuyos (¡soy especialista!) y nos hicimos una súper bajada solos en la montaña ¡por una papa divina! que para la tabla, iba a pleno.

¡Hasta que llegamos al cráter del volcán inactivo! Caminamos un poco hasta llegar a una de las pistas del centro de esquí y pegamos la última bajada de yapa, por un bosquecito hasta la base.
¡La bomba fue terminar el día, relajando en las termas de aguas calientes que quedan de paso cuando pegas la vuelta. La verdad, ¡No podíamos pedir más!

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